Un estudio de los escritos de Tertuliano revela un cuadro muy parecido al de Irineo respecto a su canon del Nuevo Testamento.
Aunque citaba la Epístola a los Hebreos, no la consideraba como canónica, pues pensaba que había sido escrita por Bernabé (Sobre el recato cap. 20).
Tertuliano aceptó el Pastor de Hermas durante sus primeros años, pero lo rechazó más tarde.