Los antiguos escritores afirman unánime y consecuentemente que el autor del primero de los cuatro Evangelios fue Mateo, el discípulo.
La evidencia interna indica que el libro fue escrito por un judío convertido al cristianismo. Tal fue el caso de Mateo (Mat. 9:9; cf. Mar. 2:14).
Por haber sido publicano antes de ser llamado al discipulado, Mateo debe de haber estado acostumbrado a conservar registros, cualidad de gran valor para el que escribe una narración histórica.
La modesta referencia que hace de sí mismo en la fiesta (Mat. 9:10;cf. Luc. 5:29) puede compararse con la forma en que Juan (Juan 21:24) y posiblemente Marcos (Mar. 14:51-52) se refieren a sí mismos, y por lo tanto puede ser un testimonio indirecto de que Mateo lo escribió.
En torno del año 140 d. C., Papías de Hierápolis, tal como lo cita Eusebio (Historia eclesiástica iii. 39), afirmó que "Mateo escribió ciertamente los oráculos divinos en lengua hebrea, cada cual los interpretó como pudo".
Medio siglo más tarde, Ireneo escribió, según lo cita Eusebio (Historia eclesiásticav. 8): " 'Mateo... dio a luz entre los hebreos un Evangelio escrito en la lengua de éstos, mientras Pedro y Pablo predicaban a Cristo en Roma y echaban los cimientos de la Iglesia'".
Basándose en estas declaraciones y afirmaciones similares de escritores posteriores, algunos han llegado a la conclusión de que el Evangelio de Mateo fue escrito originalmente en arameo (el "hebreo" de Papías e Ireneo) y fue posteriormente traducido al griego; sin embargo, esta teoría no ha merecido aceptación general.
La evidencia existente hoy está lejos de ser decisiva. En vista de que se sabe que numerosas "obras"circularon entre los judíos sólo en forma oral, se cree que la referencia de Papías con respecto a que Mateo escribió los "oráculos" de Jesús, se refiere más bien a una composición oral y no escrita, y que el "evangelio" de Ireneo quizá fue también un relato oral. No hay evidencia de que Papías e Ireneo se refirieran a lo que hoy conocemos como el Evangelio según Mateo.
Las razones por las cuales inferimos que el Evangelio de Mateo, como lo tenemos hoy, fue escrito originalmente en griego, son las siguientes:
1. El texto griego de Mateo no revela las características de una obra traducida. Los supuestos arameísmos aparecen también en los otros Evangelios, y pueden indicar solamente que el autor pensaba en arameo mientras escribía en griego. El libro de Apocalipsis está repleto de expresiones idiomáticas arameas.
2. La uniformidad de lenguaje y estilo dan claramente la impresión de que el libro fue escrito originalmente en griego.
3. Los notables parecidos lingüísticos con el griego de Marcos, en especial, y en menor grado con Lucas, hacen más difícil la posibilidad de que se trate de una traducción.