Pablo y Bernabé fundaron en su primer viaje las iglesias de Antioquía de Pisidia, Iconio, Listra y Derbe (ver Hechos 13:14 a 14:23), alrededor de los años 45-47 d. C.
Después de volver a Antioquía fueron enviados a Jerusalén con la pregunta de si se debía imponer a los gentiles convertidos al cristianismo la práctica de los ritos y las ceremonias del judaísmo (ver Hechos 15).
El Concilio de Jerusalén, celebrado alrededor del año 49 d. C., se pronunció en contra de imponer dichos ritos y ceremonias a los que no eran judíos. Pablo comenzó su segundo viaje misionero poco después de ese concilio, acompañado por Silas. Primero visitaron de nuevo las iglesias del sur de Galacia que Pablo había organizado en su primer viaje, tres de las cuatro se mencionan específicamente: Derbe, Listra e Iconio (ver Hechos 16: 15). Después llevaron el Evangelio a Frigia y Galacia (vers. 6).
Los que sostienen la teoría de la Galacia del norte hacen notar que después de esta visita a Derbe, Listra e Iconio, Pablo y Silas pasaron por el lugar que Lucas llama "la provincia de Galacia". Por esto se puede deducir que Lucas hablaba de la región donde se establecieron los galos y no lo que los Romanos llamaban la 930 provincia de Galacia, que incluía otras zonas hacia el sur. Pablo volvió una vez más a Galacia a comienzos de su tercer viaje misionero, alrededor de los años 53 y 54 d. C.
La Epístola a los Gálatas tuvo que haber sido escrita después de los sucesos registrados en Gálatas 2:1-14. Si aquí se hace alusión al concilio de Jerusalén descrito en Hechos 15, la carta debe haber sido escrita después de la terminación del primer viaje, pues ese concilio se celebró entre el primer viaje misionero y el segundo (ver Hechos 15: 36-41).
La Epístola a los Gálatas tuvo que haber sido escrita después de los sucesos registrados en Gálatas 2:1-14. Si aquí se hace alusión al concilio de Jerusalén descrito en Hechos 15, la carta debe haber sido escrita después de la terminación del primer viaje, pues ese concilio se celebró entre el primer viaje misionero y el segundo (ver Hechos 15: 36-41).
Además, de acuerdo con Gálatas 4:13, parece que Pablo ya había visitado las iglesias de Galacia dos veces, y si es así, la carta tuvo que haber sido escrita después de que terminara su segundo viaje. Si se acepta la teoría de la Galacia del norte, la carta a los Gálatas fue escrita después del tercer viaje, pues Pablo no había visitado las iglesias del norte de Galacia en su primer viaje. Por lo tanto, el momento cuando escribió la epístola podría ser el invierno (diciembre febrero) del año 57/58 d. C.
Un argumento presentado en favor de Corinto como lugar de donde se escribió la epístola, es el gran parecido entre el tema de esa carta y Romanos, que fue escrita durante la tercera visita de Pablo a Corinto. La justificación por la fe es el tema de ambas epístolas, y ambas tratan ampliamente la diferencia entre "la ley" y el Evangelio.
Pero si se acepta la teoría de la Galacia del sur, es posible fijar la fecha más temprana de 45 d. C. Algunos piensan que pudo haber sido escrita aún antes del concilio de Jerusalén, inmediatamente después del regreso de Pablo a Antioquía al terminar su primer viaje. La razón que se da para esta conclusión es que la epístola no contiene ninguna mención específica del concilio ni de la decisión que allí se tomó. Ante la objeción de que Pablo ya había visitado dos veces las iglesias del sur de Galacia, los que aceptan la teoría de la Galacia del sur argumentan que su regreso a ellas durante el primer viaje debe ser considerado como una segunda visita (ver Hechos 14: 21-23).
El propósito de la carta es evidente por su contenido. Amenazaba la apostasía -si es que ya no había comenzado - por lo cual la carta era naturalmente una epístola polémica. La apostasía sobrevino debido a la acción de algunos maestros judaizantes, quizá del mismo grupo que causó dificultades en la iglesia de Antioquía de Siria en cuanto a la misma cuestión (Hechos 15: 1).
Un argumento presentado en favor de Corinto como lugar de donde se escribió la epístola, es el gran parecido entre el tema de esa carta y Romanos, que fue escrita durante la tercera visita de Pablo a Corinto. La justificación por la fe es el tema de ambas epístolas, y ambas tratan ampliamente la diferencia entre "la ley" y el Evangelio.
Pero si se acepta la teoría de la Galacia del sur, es posible fijar la fecha más temprana de 45 d. C. Algunos piensan que pudo haber sido escrita aún antes del concilio de Jerusalén, inmediatamente después del regreso de Pablo a Antioquía al terminar su primer viaje. La razón que se da para esta conclusión es que la epístola no contiene ninguna mención específica del concilio ni de la decisión que allí se tomó. Ante la objeción de que Pablo ya había visitado dos veces las iglesias del sur de Galacia, los que aceptan la teoría de la Galacia del sur argumentan que su regreso a ellas durante el primer viaje debe ser considerado como una segunda visita (ver Hechos 14: 21-23).
El propósito de la carta es evidente por su contenido. Amenazaba la apostasía -si es que ya no había comenzado - por lo cual la carta era naturalmente una epístola polémica. La apostasía sobrevino debido a la acción de algunos maestros judaizantes, quizá del mismo grupo que causó dificultades en la iglesia de Antioquía de Siria en cuanto a la misma cuestión (Hechos 15: 1).
La discordia de esos hombres en Antioquía determinó la celebración del concilio de Jerusalén, en donde los judaizantes se opusieron otra vez a Pablo argumentando que los conversos cristianos debían observar las ordenanzas legales judaicas, y exigían la circuncisión de Tito (Gálatas 2: 3-4).
En esta epístola Pablo no se ocupa mucho de la circuncisión, ni en particular de cualquier otra característica de la ley ceremonial, sino de la falsa enseñanza de que el hombre puede salvarse a sí mismo observando los preceptos de "la ley". Esto es evidente por el hecho de que el apóstol en algunas ocasiones había participado de los ritos (Hechos 18: 18; 21: 20-27). También permitió que Timoteo fuera circuncidado (Hechos 16: 3).
Es indudable que esos falsos maestros habían logrado gran éxito en sus esfuerzos y hasta habían engañado con sus enseñanzas a una cantidad no pequeña de los feligreses de las iglesias de Galacia (ver Gálatas 1: 6).
Es indudable que esos falsos maestros habían logrado gran éxito en sus esfuerzos y hasta habían engañado con sus enseñanzas a una cantidad no pequeña de los feligreses de las iglesias de Galacia (ver Gálatas 1: 6).
No se puede saber con exactitud hasta dónde habían llegado las iglesias engañadas en la práctica del legalismo antes de que recibieran la epístola de Pablo, pero se nota por el tono general de la carta que había un peligro inminente de apostasía general. Esos maestros iban directamente en contra de la decisión del concilio. No sólo repudiaban el Evangelio de Pablo, sino que criticaban su autoridad como apóstol, haciendo mucho énfasis en el hecho de que Pablo no era uno de los doce elegidos y ordenados por Cristo.
Para que los gálatas vieran con claridad el error en el cual habían caído, Pablo reafirmó los grandes principios del Evangelio tal como se los había enseñado. Pero como se acusaba al apóstol de que predicaba un evangelio falso, y eso implicaba la otra afirmación de que él no estaba calificado para enseñar, Pablo se sintió obligado a dar pruebas que demostraran su apostolado. Esto explica la parte autobiográfica de la carta (cap. 1: 11 a 2: 14).
Su propósito al presentar un relato tan detallado de hechos personales relacionados con el problema, era probar la validez de su Evangelio. También destacó que sus enseñanzas que explicó a los apóstoles en el concilio estaban en armonía con las de los dirigentes que se habían relacionado personalmente con Jesús y habían recibido sus mensajes directamente de él.