En la Epístola a los Colosenses Pablo se expresa enfáticamente contra la herejía prevaleciente en esa iglesia.
En Gálatas y en otros escritos refuta únicamente a los judaizantes, pero aquí su propósito es mixto: no sólo se preocupa por refutar el legalismo judaizante, sino que también se opone a ciertos elementos paganos que procuraban degradar o eclipsar el ministerio de Cristo.
Por lo tanto, ataca la idea de intermediarios angélicos como agentes de creación y mediación, y declara que únicamente Cristo es Creador y Mediador (cap. 1: 16, 20).
Cristo es la"cabeza" tanto de las cosas materiales como de las espirituales (cap. 1: 18; 2: 19).
En él no hay ningún dualismo. Jesús está por encima de todo (cap. 1: 18).
Por él subsisten todas las cosas (vers. 17). Es Dios (vers. 15).
En él mora la "plenitud" (vers. 19). No necesita de subordinados o emanaciones.
Pablo asegura que en Cristo están "todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (cap. 2: 3).
El misterio consumado y salvador no es un conocimiento esotérico referente a diferentes órdenes de ángeles ¹, sino "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" (vers. 27). Por eso condena el culto a los ángeles que los falsos maestros propiciaban como una negación de la perfección de Cristo como Sustentador y Mediador (cap. 2: 18-19).
El apóstol también trata de los resultados morales de esas herejías:
Prohibe por igual los extremos de un ascetismo demasiado rígido y de la licencia desenfrenada (cap. 2: 16, 20-21; 3: 5, 8-9). Ambas herejías sostenían que la voluntad humana es soberana. Este "culto a la voluntad" es una humildad falsa o fingida, y por lo tanto condenable.
Todas las complacencias carnales (y la lista del apóstol es casi exhaustiva) son rigurosamente condenadas.
Pablo presenta a Cristo como el Creador y el Sustentador del universo, Cabeza, Mediador y Emancipador de la iglesia. En Cristo los principios sustituyen a las ceremonias.
El apóstol escribe clara, lógica y vigorosamente a sus amigos de Colosas, persuadiéndolos a que se vuelvan de las vanas e inútiles especulaciones a la realidad del Evangelio de Cristo.
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¹ "Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él" (Colosenses 1: 16).
Tronos - dominios - principados - potestades. Estos términos evidentemente eran usados por los falsos maestros de Colosas para describir su clasificación de las jerarquías angélicas. Esos maestros herejes quizá clasificaban a Cristo dentro de esas jerarquías. Si así fue, Pablo atacó de frente esa doctrina declarando que ya fuera que existieran o no tales jerarquías, Cristo las creó a todas y por lo tanto las superaba muchísimo en dignidad.