Esta epístola está iluminada por un radiante resplandor de amor intenso:
"Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección" (cap. 1: 2-4).
"Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos" (cap. 2: 7-8).
"Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros, por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe" (cap. 3: 6-7).
El apóstol estaba muy agradecido por el informe de Timoteo en cuanto a la fidelidad de los tesalonicenses y su tierna consideración por él; entonces se apresuró a alabarlos por sus nobles virtudes de fe, amor y esperanza. Sentía el vehemente deseo de visitarlos, pues, mientras estuvo con ellos, no había tenido suficiente tiempo para instruirlos plenamente en las verdades del Evangelio.
Timoteo también debe haber informado al apóstol acerca de ciertos problemas:
Timoteo también debe haber informado al apóstol acerca de ciertos problemas:
(1) Algunos tesalonicenses estaban apesadumbrados por sus seres amados que habían muerto desde que habían recibido el mensaje evangélico, pues temían que esos difuntos no pudieran tener parte en la gloriosa resurrección cuando volviera el Señor.
(2) Otros se habían fanatizado con el segundo advenimiento, sosteniendo que no debían trabajar sino esperar la venida del Señor en ociosa expectativa.
(3) Había quienes estaban volviendo al mundo, y se hallaban en peligro de sumirse en la inmoralidad.
(4) Otros se sentían inclinados a proceder por su cuenta y no deseaban reconocer a los legítimos dirigentes de la iglesia.
Necesitaban ayuda "los ociosos,... los de poco ánimo,... los débiles" (cap. 5: 14).
Si hubiese sido posible, el apóstol se hubiera apresurado para dar instrucciones personales a esos amados creyentes. Más de una vez trató de volver, pero Satanás lo "estorbó" (cap. 2: 18), y por eso tuvo que contentarse con escribir una carta a esa iglesia.
El tema de la epístola es la piedad práctica en vista del regreso de Cristo.
El tema de la epístola es la piedad práctica en vista del regreso de Cristo.
El glorioso advenimiento del Señor es la doctrina que más se destaca (cap. 1: 10; 2: 19; 3: 13; 4: 13-18; 5: 23).
Otras doctrinas mencionadas son:
(1) la muerte y la resurrección de Cristo (cap. 4: 14),
(2) la resurrección de los justos (vers. 13-16),
(3) las recompensas y los castigos futuros (cap. 4: 17; 5: 3),
(4) la existencia personal y la obra activa de Satanás (cap. 2: 18), y
(5) la doctrina de la redención, que incluye elección y santificación (cap. 1: 4; 4: 3-7).