Esta epístola es evidentemente una carta personal escrita a un tal Gayo, que no es identificado. Se trata de un cristiano fiel, muy alabado por su bondadosa hospitalidad con los maestros itinerantes.
Se nombran otros dos personajes: Diótrefes, dirigente dado a la polémica, y Demetrio, que quizá era uno de los maestros itinerantes.
El cuadro que se deduce por lo que está escrito acerca de estos tres personajes, nos presenta una notable evolución en la iglesia cristiana y sugiere que esta epístola fue escrita después de la segunda, y por lo tanto aún más cerca de la muerte de Juan.
Parece quedar bien establecido el ministerio de los predicadores itinerantes o de hermanos visitantes (vers. 5-8).
Diótrefes se atribuye el poder de expulsar de la iglesia quizá mediante una especie de excomunión (vers. 10) a aquellos a quienes no aprueba personalmente, y la autoridad del apóstol ha sido socavada por los seguidoresde Diótrefes (vers. 9-11).
Todo esto indica que la situación revelada en la segunda epístola ha evolucionado, y esto convierte a la tercera epístola en la última de las tres cartas de Juan que han llegado hasta nosotros.
Esto no quiere decir que Juan no escribió otras cartas. No se puede probar que la carta o escrito que se menciona en el vers. 9 sea la segunda epístola, aunque es una buena posibilidad de que así fuera, ni tampoco se puede determinar cuánto tiempo transcurrió entre la redacción de la segunda y la tercera epístolas; pero parece probable que el intervalo fue breve, pues ambas se parecen tanto en estilo como en contenido.