Es sencillo y directo. La segunda epístola fue escrita para advertir contra los falsos maestros itinerantes, pero la tercera se envía para oponerse a las tendencias cismáticas ejemplificadas por las acciones de Diótrefes.
Es probable que Diótrefes fuera el anciano de la iglesia y que hubiera aceptado algunas de las falsas enseñanzas de los gnósticos. Cuando Juan escribió a las iglesias para refutar esas falsas enseñanzas, parece queDiótrefes se opuso a que la carta fuera leída delante de los miembros de la iglesia (vers. 9). También se impidió que se escuchara a los ministros itinerantes que pudieron haber sido enviados por Juan, y los que los escucharon en privado fueron excomulgados públicamente por Diótrefes, hombre arrogante.
Cuando Juan escribe a Gayo se esfuerza por asegurarse que su mensaje llegue a los hermanos leales. Puede haber estado preparándolos para que aceptaran un cambio de ancianos de iglesia cuando él llegara y les "recordara" las acciones de Diótrefes (vers. 10).
En esta carta, como en los otros escritos de Juan, se manifiesta el mismo espíritu de tierno afecto personal; pero por encima del propósito inmediato de la epístola, brilla la belleza del carácter del apóstol y la inspiración que ha proporcionado a sus lectores a través de los siglos.