EL DIOS QUE YO CONOZCO

1.15. Diferencias literarias en los libros del Nuevo Testamento - II


De todos los autores del Nuevo Testamento, Marcos es el que usa mayor cantidad de palabras extranjeras.

Entre éstas hay términos semíticos:

"Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro (ῥαββί [rabbí ], del hebreo רַב [rab] "rabino"), bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías" (Marcos 9:5) - En los relatos paralelos Lucas (9:33) usa el título griego ἐπιστάτης [epistátês] "maestro, "amo", "Señor", y Mateo (17:4) usa κύριος [kúrios] "Señor".

"Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro (ῥαββουνί [rabbouní ], voz aramea, "mi maestro", ) que recobre la vista" (Marcos 10:51),

"Y decía: Abba (ἀββα [abba] "padre", del arameo אַב ['ab] "padre"), Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú" (Marcos 14:36),

"Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi (ταλιθα κουμ [talitha koum], del arameo טָלֶה [taleh] y קוּם [kowm]); que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate" (Marcos  5:41),

"Pero vosotros decís: Basta que diga un hombre al padre o a la madre: Es Corbán (Κορβᾶν [korbân], del hebreo קָרְבָּן [qorban] "dádiva", "ofrenda", literalmente "lo que es traído cerca") (que quiere decir, mi ofrenda a Dios) todo aquello con que pudiera ayudarte" (Marcos 7: 11),

"Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás (Σατανᾶς [Satanâs] "adversário", "acusador", del hebreo שָׂטָן [satan]) , y estaba con las fieras; y los ángeles le servían" (Marcos 1:13),

"a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges (Βοανηργές [boanêrgés] "hijos del trueno", del arameo בֵּן [ben] "hijo", y רְגַז [rĕgaz] "rabia", "ira") , esto es, Hijos del trueno" (Marcos 3:17),

y palabras latinas:
"Viniendo ellos, le dijeron: Maestro, sabemos que eres hombre veraz, y que no te cuidas de nadie; porque no miras la apariencia de los hombres, sino que con verdad enseñas el camino de Dios. ¿Es lícito dar tributo (Gr. κῆνσος [kênsos], latín: census) a César, o no? ¿Daremos, o no daremos?" (Marcos 12:14).

"Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios (Gr. δηνάριον [dênárion], latín: denarius) , y les demos de comer?" (Marcos 6:37).

"Y el centurión (Gr. κεντυρίων [kenturíôn], latín: centurio) que estaba frente a él, viendo que después de clamar había expirado así, dijo: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios" (Marcos 15:39).

"Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo, les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús, después de azotarle (verbo "azotar", Gr. φραγελλόω [fragellóô], latín: flagello ) , para que fuese crucificado" (Marcos 15:15).

Un amante del griego culto no podría haberse sentido satisfecho con las muchas palabras extranjeras del Evangelio de Marcos ni con su indudable uso monótono de la conjunción καί [kai], "y", "también". En estos aspectos los autores de los otros Evangelios han proporcionado un texto mucho más fluido. Por ejemplo, Mateo evitó κράβαττος [krábbatos], "una camilla", "una cama" (palabra extranjera de dudoso origen, empleada por Marcos), y en su lugar usó la palabra griega correcta: κλίνη [klínê] :

Marcos: "Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y haciendo una abertura, bajaron el lecho (κράβαττος [krábbatos]) en que yacía el paralítico"... ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho (κράβαττος [krábbatos]) y anda? (Marcos 2:4, 9).

Mateo: "Y sucedió que le trajeron un paralítico, tendido sobre una cama (κλίνη [klínê]); y al ver Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados... Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu cama (κλίνη [klínê]), y vete a tu casa" (Mateo 9:2, 6).

En lugar de la expresión semítica "hijos de los hombres" (τοῖς υἱοῖς τῶν ἀνθρώπων [tois huiois tôn anthrôpôn]) (Marcos 3:28), Mateo sencillamente habla de "los hombres" (τοῖς ἀνθρώποις [tois anthrôpois]) al presentar la misma declaración de Jesús (Mateo 12:31). En otras partes eludió así mismo otras frases semíticas. En vez de usar monótonamente la conjunción καί [kai], "y", "también", con frecuencia unió sus cláusulas por medio de las partículas τότε [tóte], "entonces", y δέ [de], "pero", o recurrió al uso del participio.