Esta epístola fue dirigida a Tito cuando como ministro atendía a los cristianos de Creta. Esta gran isla del Mediterráneo tiene unos 260 km. de largo y entre 10 y 57 km. de ancho. Su superficie total es de 8.618 km. cuadrados. La estrecha aunque fértil planicie de la costa en el lado norte se eleva rápidamente formando una cadena costera, detrás de la cual se levanta una cadena mas alta, y detrás de ella hay una tercera. La montaña más elevada de la isla es el monte Psiloriti (su altura es de 2.430 m). Este es el antiguo monte Ida, donde de acuerdo con una antigua leyenda griega nació el dios pagano Zeus.
Creta fue el centro de una civilización -la minoica- que rivalizó con las de Mesopotamia y Egipto. Se decía que el semilegendario rey Minos guardaba en un intrincado laberinto a un toro monstruo que devoraba a los jóvenes griegos cautivos. Este mito del Minotauro podría ser la explicación de las laberínticas ruinas del palacio minoico en Cnosos, y también de las figuras de jóvenes acróbatas saltando peligrosamente sobre toros apoyándose sobre los cuernos.
La Creta minoica tuvo una poderosa flota y un vasto imperio marítimo antes de 1.400 a. C., y una civilización altamente sofisticado (arte refinado y tres sistemas de escritura) cuyo centro estaba en Micenas, y que se extendió hasta el sur de Grecia. Su comercio con Egipto y Siria, conocido ahora por los artefactos que fabricaba, hizo de Creta una vía de comunicación entre el este y Europa. Los filisteos emigraron de Creta a Palestina (ver Los pueblos del mar).
Creta fue finalmente colonizada por los griegos y jugó un papel importante durante algunas de las épocas más gloriosas de la historia helenística.
En los primeros años del cristianismo los cretenses eran famosos por su deshonestidad y por no ser dignos de confianza (cf. Tito 1: 12).
Parece que la isla fue escondite de piratas en el siglo I a. C.; pero esos piratas fueron subyugados, y en el año 67 a. C. Creta fue conquistada por el Imperio Romano; sin embargo, los cretenses continuaron sirviendo como mercenarios en ejércitos extranjeros.
De Tito se sabe poco. Las referencias personales en la epístola son fragmentarias y no es mencionado en los Hechos. La primera alusión aparece en Gálatas 2: 1-3, donde Pablo dice que Tito fue con él desde Antioquía al concilio de Jerusalén. Como era un converso incircunciso procedente del paganismo, Tito se convirtió en un caso problemático debido a la polémica sobre la circuncisión de los gentiles.
Después de cierto tiempo representó a Pablo en Corinto (2 Corintios 8: 16-17; 12: 17-18), en donde tuvo éxito al ocuparse de las dificultades expuestas con tanta franqueza (2 Corintios 2; 7). También organizó colectas para los santos de Jerusalén (2 Corintios 8: 6- 10).
Pablo lo consideraba come un colaborador leal y un soldado de la cruz digno de confianza (2 Corintios 12: 18), y se refiere a él como a "hermano", "compañero y colaborador" (2 Corintios 2: 13; 8: 23). En esta epístola llama a Tito "verdadero hijo en la... fe" (cap. 1: 4).
En la última mención que se hace de Tito se dice que fue a Dalmacia (2 Timoteo 4: 10).
Eusebio, el historiador eclesiástico del siglo IV, se refiere a Tito como obispo de la isla de Creta (Eusebio, Historia eclesiástica iii. 4).