Desde el mismo comienzo del proceso de separación de los libros apócrifos de los genuinos, la Epístola a los Efesios fue colocada en el canon del Nuevo Testamento. Existe una abrumadora evidencia externa que confirma el derecho a esa afirmación. Tal posición fue evidentemente conocida por Clemente Romano (c. 90 d. C.), y fue confirmada por el testimonio de Ignacio y Policarpo a comienzos del siglo II. Pablo es mencionado por nombre como el autor de la epístola en el Fragmento Muratoriano, y más tarde por Ireneo (c. 185 d. C.), Clemente de Alejandría (c. 190 -195 d. C.), Tertuliano (c. 207 d. C.), y muchos otros escritores antiguos. En este estudio consideramos al apóstol Pablo como el autor de la epístola.
EL DIOS QUE YO CONOZCO
21.02. EFESIOS - Autor
Desde el mismo comienzo del proceso de separación de los libros apócrifos de los genuinos, la Epístola a los Efesios fue colocada en el canon del Nuevo Testamento. Existe una abrumadora evidencia externa que confirma el derecho a esa afirmación. Tal posición fue evidentemente conocida por Clemente Romano (c. 90 d. C.), y fue confirmada por el testimonio de Ignacio y Policarpo a comienzos del siglo II. Pablo es mencionado por nombre como el autor de la epístola en el Fragmento Muratoriano, y más tarde por Ireneo (c. 185 d. C.), Clemente de Alejandría (c. 190 -195 d. C.), Tertuliano (c. 207 d. C.), y muchos otros escritores antiguos. En este estudio consideramos al apóstol Pablo como el autor de la epístola.
21.01. EFESIOS - Título
Casi toda la iglesia cristiana primitiva consideraba que esta epístola fue dirigida a la iglesia de Efeso. Todos los manuscritos conocidos, sin excepción, llevan el título: "a los efesios". Sin embargo, las palabras griegas εν εφεσω [en Ephesô], "en Efeso" (cap 1: 1), no se registran en los Códices Vaticano y Sinaítico, dos de los manuscritos más antiguos y autorizados, ni en el Chester Beatty MS P46, papiro manuscrito aún más antiguo.
Basilio dijo en el siglo IV que él vio manuscritos antiguos en los cuales las palabras "en Efeso" estaban omitidas (Contra Eunomio ii. 19). Declaraciones de Orígenes (Comentario) y Tertuliano(Contra Marción v. 17) confirman esta idea; por lo tanto, es claro que en el siglo II existían algunos manuscritos en los cuales no figuraban las palabras en cuestión.
La ausencia de saludos personales en la epístola es un hecho significativo y más aún cuando se recuerda que sin duda Pablo debe haber ganado muchos amigos durante sus tres años de fructífero ministerio en la ciudad de Efeso. Además, la epístola presenta doctrinas aplicables a la iglesia universal.
Hay tres soluciones que comúnmente se sugieren para resolver este problema:
a. La epístola en realidad fue dirigida a la iglesia de Laodicea (cf. Col. 4: 16).
b. Esta epístola originalmente fue una carta circular dirigida a las iglesias de Asia.
c. La epístola fue dirigida a los efesios.
Una respuesta satisfactoria parece surgir de la combinación de las explicaciones b y c. Bien podría ser que esta carta fuera enviada a la iglesia de Efeso, metrópoli del proconsulado de Asia, con la intención de que después fuera enviada a otras iglesias de esa zona. Esto explicaría la tradición que incluye a la iglesia de Efeso como la destinataria de la epístola y también explica por qué existieron copias muy antiguas del libro que no incluían las palabras εν εφεσω [en Ephesô], las cuales pudieron haber sido copias del manuscrito original que circularon entre las iglesias vecinas. De todas maneras, esta epístola indudablemente fue leída por los creyentes de Efeso y quizá también por otros en la provincia de Asia.
20.05. GÁLATAS - Bosquejo
A. La autoridad apostólica del autor, 1: 1-5.
B. La ocasión para escribir la carta y su propósito, 1: 6-10.
II. Defensa de la autoridad apostólica de Pablo, 1: 11 a 2: 14.
A. La autenticidad de su conversión al cristianismo, 1: 11-24.
1. El origen divino de su interpretación del Evangelio, 1: 11-12.
2. Su celo anterior por la fe judía, 1: 13-14.
3. Su conversión y su misión entre los paganos, 1: 15-16.
4. Su retiro preparatorio en Arabia, 1: 17.
5. Su primer contacto con los apóstoles en Jerusalén, 1: 18-20.
6. Su aceptación por las iglesias de Judea, 1: 21-24.
B. La aprobación apostólica de su interpretación del Evangelio, 2: 1-14.
1. Pablo explica su Evangelio a los apóstoles, 2: 1-2.
2. El caso de Tito comprueba el Evangelio de Pablo, 2: 3-5.
3. Igualdad apostólica de Pablo con los doce, 2: 11-14.
III. La fe contra el legalismo como medio de salvación, 2: 15 a 3: 29.
A. Los cristianos de origen judío también dependen de la fe de Cristo para la salvación, no de la ley, 2: 15-21.
1. Los cristianos de origen judío comprenden la ineficacia del legalismo, 2: 15-16.
2. La incompatibilidad del cristianismo y el judaísmo, 2: 17-21.
B. La salvación de los gentiles provista en el pacto hecho con Abrahán, 3: 1-14.
1. Los gálatas se habían hecho cristianos por medio de la fe,3: 1-5.
2. La fe es la característica distintiva del pacto hecho conAbrahán, 3: 6-7.
3. La salvación de los gentiles por medio de la fe, 3: 8-14.
C. La condición de "la ley" en relación con el pacto hecho con Abrahán, 3: 15-29.
1. "La ley" no anulaba las provisiones mesiánicas del pacto, 3: 15-18.
2. El papel subordinado y provisorio de "la ley" , 3: 19-25.
3. En Cristo todos son herederos de las promesas del pacto por la fe, 3: 26-29.
IV. El cristiano queda libre de la tutela de "la ley", 4: 1-31.
A. De la inmadurez de "la ley" a la madurez del Evangelio, 4: 1-7.
1. La condición de subordinación de un heredero durante su minoría de edad, 4: 1-3.
2. Se confieren los privilegios plenos de la herencia medianteCristo, 4: 4-7.
B. El insensato proceder de la iglesia de Galacia, 4: 8-31 .
1. La insensatez de judaizar, 4: 8-12.
2. La sinceridad de Pablo y su solícito interés en las iglesias de Galacia, 4: 13-20.
3. La alegoría de los dos hijos, 4: 21-31.
V. Exhortaciones morales y espirituales, 5: 1 a 6: 10.
A. La esclavitud del legalismo incompatible con la libertad en Cristo, 5: 1-12.
B. La libertad cristiana no es una excusa para el libertinaje, 5:13-26.
1. El amor es el cumplimiento de la ley, 5: 13-18.
2. Las obras de la carne y las obras del Espíritu, 5: 19-26.
C. El amor fraternal cumple con la ley de Cristo, 6: 1-10.
VI. Conclusión, 6: 11-18.