EL DIOS QUE YO CONOZCO
34.05. 1 JUAN - Bosquejo
A. Declaración de haber tenido trato personal con Cristo, el Verbo de vida, 1: 1-3 p. p.
B. Propósito al escribir la epístola, 1:3 ú. p.-4.
1. Fomentar la comunión con los cristianos, con Dios y Cristo, 1: 3 ú. p.
2. Producir plenitud de gozo, 1: 4.
II. Los requisitos para tener comunión con Dios y el hombre, 1: 5-10.
A. Caminar en la luz, 1: 5-7.
B. Confesión de los pecados, 1: 8-10.
III. Exhortación a una vida sin pecado, 2: 1-28.
A. Cristo el abogado y propiciación por el pecado, 2: 1-2.
B. Andar como él anduvo, 2: 3-6.
C. El mandamiento nuevo, 2: 7-11.
D. Exhortaciones personales a los hijos espirituales, 2: 12-28.
1. Razones para escribir, 2: 12-14.
2. No amar al mundo, 2: 15-17.
3. Cuidarse de los anticristos y sus herejías, 2: 18-26.
4. Permanecer en Cristo a fin de prepararse para su venida, 2: 27-28.
IV. Los hijos de Dios en contraste con los hijos del diablo, 2: 29 a 3: 24.
A. La justicia de los hijos de Dios, 2: 29 a 3:7.
B. El que practica el pecado es del diablo, 3: 8-9.
C. El que no ama a su hermano es del diablo, 3: 10-18.
D. Dios asegura la salvación a sus hijos, 3: 19-24.
V. Verdad, amor y fe son esenciales para la comunión con Dios, 4: 1 a 5: 12.
A. El espíritu de verdad y el espíritu de error, 4: 1-6.
B. El amor es de Dios, pues Dios es amor, 4: 7-21.
C. La fe produce victoria y vida, 5: 1-12.
VI. Conclusión, 5: 13-21.
A. Repetición del propósito, 5: 13.
B. Admonición a una vida libre de pecado, 5: 14-17.
C. Exhortación final a conocer a Dios y a su Hijo, 5: 18-21.
34.04. 1 JUAN - Tema
Es claro que algunas herejías habían perturbado a la iglesia, y que algunos falsos maestros dentro de ella habían tratado de pervertir la fe:
La herejía básica contra la cual lucha Juan ha sido identificada como una especie de protognosticismo, que enseñaba un conocimiento (gnôsis) falso (ver JUAN - Tema; Gnósticos I; II; III; IV; V y VI).
Estas controversias antiguas tienen un gran significado en nuestro tiempo, pues se sigue cuestionando la divinidad de Cristo. Un estudio de esta epístola encauzará la mente del lector a la verdad de la encarnación y permitirá que capte una elevada visión del Hijo de Dios, quien fue enviado para ser la propiciación por los pecados de todo el mundo.
34.03. 1 JUAN - Marco histórico
Pero lo que sí es claro es que la epístola fue escrita por un anciano al que le parecía apropiado dirigirse a sus conversos como a "hijitos", (cap. 2: 1, 12, 18, 28; 3: 7, 18; 4: 4; 5: 21).
Hay evidencias de que la epístola existía a comienzos del siglo II:
34.02. 1 JUAN - Autor
Algunas de las similitudes notables entre esta epístola y el Evangelio, son las siguientes:
Los paralelismos del lenguaje y la sintaxis del texto griego con frecuencia son más impresionantes que en nuestro idioma; pero la lista que se ha presentado da un buen ejemplo de dichas similitudes.
Además de los paralelismos hay muchas otras similitudes que fácilmente se perciben entre la pístola y el Evangelio. Ambos comienzan en forma súbita, sin ninguna introducción propia de la forma epistolar. La epístola empieza con "Lo que era desde el principio... [el] Verbo de vida"; el Evangelio, con "En el principio era el Verbo".
Hay un gran parecido en estilo, vocabulario, sintaxis, uso de preposiciones, construcción gramatical y diversas antítesis como tinieblas y luz, muerte y vida, odio y amor, que son típicamente características de Juan. La diferencia en propósito y dimensión de los dos libros admite una gran divergencia, pero el tema de ambos es tan similar, que la epístola podría servir como un resumen de los temas sobresalientes del Evangelio.
No se deben pasar por alto las diferencias que existen entre los dos escritos, pero pueden explicarse teniendo en cuenta diversos factores: diferentes propósitos, fechas de redacción, el envejecimiento del autor y las diferencias naturales que existen en las obras conocidas que han sido fruto de la misma pluma.
La epístola parece haber sido escrita espontáneamente como una carta pastoral, mientras que el Evangelio se ve claramente que es el producto de una larga y profunda meditación acerca de la encarnación del Verbo de Dios. En otras palabras: se ve que el propósito de la epístola es limitado, entre tanto que el del Evangelio es amplio, abarcante; pero un hilo común corre a través de ambos libros, lo que puede advertir hasta un lector inexperto.
A pesar de todo, la opinión de los eruditos aún se halla dividida en cuanto a la paternidad literaria de 1 Juan. Algo de la insistencia en no aceptar al apóstol Juan como autor de la epístola quizá se deba a un subconsciente hábito de dudar. El cristiano sensato puede decir con justicia que tiene una base adecuada para afirmar que el autor de esta epístola es Juan el discípulo amado.