EL DIOS QUE YO CONOZCO

9.01. Las Sagradas Escrituras en la iglesia primitiva - I

La colección de los escritos sagrados del Nuevo Testamento encontró su prototipo en el canon del Antiguo Testamento.

La LXX (Antiguo Testamento), que era en todo el mundo de habla griega la Biblia de los judíos de la dispersión (diáspora), se convirtió en la Biblia de la cristiandad.

Los cristianos aceptaron con ella la doctrina judía de la inspiración divina, de modo que en los libros del Antiguo Testamento no veían sólo las palabras de Samuel, David o Isaías, sino más bien la Palabra de Dios, el resultado del Espíritu divino y de una sabiduría divina.

Como los cristianos creían que los judíos habían perdido sus privilegios y habían sido rechazados por Dios por rechazar a Cristo, la iglesia cristiana se consideraba a sí misma como la única que tenía derecho a ser dueña de esa Palabra de Dios y de interpretarla.

El Antiguo Testamento contenía profecías que señalaban a Cristo y también muchas gloriosas promesas para el verdadero pueblo de Dios, pueblo que los cristianos creían que eran. Todo esto hizo que el Antiguo Testamento fuera amado por los primeros cristianos.

9.00. Historia del canon del Nuevo Testamento

Aunque las raíces de la formación del canon se remontan a la era apostólica, durante varios siglos no fue posible lograr un reconocimiento uniforme de todos los libros del Nuevo Testamento en toda la cristiandad.

El canon del Nuevo Testamento no comenzó a existir por un decreto papal ni tampoco por la decisión de un concilio ecuménico de la iglesia.

Tampoco fue el resultado de un "milagro", según se afirma en el siguiente relato legendario:

Se dice que los delegados al Concilio de Nicea, deseosos de saber cuáles eran los libros canónicos y cuáles no, colocaron debajo de la mesa de la comunión todos los libros para los cuales se pedía un lugar en el canon.

Entonces oraron para que el Señor les mostrara cuáles eran los libros canónicos colocándolos milagrosamente encima del montón.

Según el relato, ese milagro sucedió durante la oración, y así se estableció el canon del Nuevo Testamento.

Este relato, de origen dudoso, no tiene la más mínima posibilidad de ser cierto.

8.04. Citas de los padres de la iglesia

Los padres de la iglesia usaron muchísimo el Nuevo Testamento, como puede verse por el gran número de citas que hay en sus obras.

En los escritos de Justino Mártir hay 300 citas directas o indirectas del Nuevo Testamento; en Ireneo, 1.800; en Clemente de Alejandría, 2.400; en Tertuliano, más de 7.000; en Orígenes, casi 18.000.

Las citas del Nuevo Testamento que hay en la literatura cristiana antigua tienen aproximadamente el mismo valor para el estudio textual que las traducciones antiguas, pues las obras compuestas en los siglos II y III son más antiguas que la mayoría de los manuscritos bíblicos disponibles.

Además, generalmente se sabe cuándo y dónde vivieron los padres de la iglesia, y por lo tanto el carácter de sus citas con frecuencia ayuda a encontrar el lugar y el tiempo aproximado del origen de ciertas variantes y de ciertos tipos de texto.

Por lo tanto, es razonable llegar a la conclusión de que el tipo de texto usado por Cipriano, que escribió en el norte de Africa, probablemente era común en aquella parte del mundo.

Asimismo, el texto citado por Orígenes, que primero vivió en Alejandría y después en Cesarea, lo más probable es que fuera una recensión o revisión de un texto hecha en Alejandría o Cesarea.

Cuando se hallan algunas citas de las obras de los padres de la iglesia que concuerdan con ciertos manuscritos del Nuevo Testamento, se puede concluir que estos últimos representan un texto tipo que era común en el tiempo y lugar en que escribieron esos padres.

Sin embargo, debe recordarse que el uso de citas por parte de los padres de la iglesia tiene sus limitaciones.

La mayoría de las citas son cortas, nunca se citan ciertos pasajes importantes del Nuevo Testamento, y no se sabe si determinado escritor se citó de memoria o se copió. Por eso es engañoso declarar que cada variante que se encuentra en los padres es un testimonio importante en favor de cierto tipo textual.

También debería señalarse que los manuscritos en donde están las obras de los padres han tenido su propia historia de transmisión, y quizá no siempre representan con fidelidad lo que se escribió originalmente.

8.03. Las traducciones coptas

Recibe el nombre de copto, el idioma vernáculo de los cristianos egipcios a partir del siglo III.

El dialecto copto del bajo Egipto se llamaba bohaírico (o menfítico), y el que se usaba en el alto Egipto era conocido como sahídico (o tebano).

Se conocen más de 120 manuscritos del Nuevo Testamento en bohaírico, que datan quizá del siglo IX al XII.

En esos manuscritos hay pocas variantes y son reproducciones fieles del tipo de texto representado por los grandes manuscritos griegos: el Vaticano y el Sinaítico.

También existe una traducción sahídica que es muy semejante en su forma textual con la versión bohaírica; pero contiene variantes que se encuentran en el Códice de Beza, en las traducciones latinas antiguas y en las siríacas antiguas.

Los manuscritos disponibles del Nuevo Testamento sahídico no son tan abundantes como los que hay en bohaírico. Su fecha quizá esté entre los siglos V y IX.

No se ha establecido con seguridad cuándo se hicieron originalmente estas traducciones coptas; pero la sahídica quizá apareció a principios del siglo III y la bohaírica poco después.